El estado de casa natal de Peter Joseph Kentenich en la Kunibertusplatz en Gymnich no es el mismo que cuando él nació en 1885.
La casa es comprada por su abuelo en 1844, poco después de haberse casado. Es una pequeña casa, la mitad tiene sótano, en la planta baja hay cuatro piezas y el desván está sin terminar. No obstante tal como era habitual en esa época en el ámbito de las familias numerosas era a veces utilizado como dormitorio. Es posible que, con este objeto, un rincón haya estado separado con tablones.
No se puede ya saber en que cuarto nació el pequeño Joseph. Pero parece que en las semanas anteriores al nacimiento Katharina habitó en el desván. Probablemente ya no se podrá determinar si para el nacimiento ella se encontraba aún en el desván o en los cuartos de la planta baja, porque ya no viven los testigos de la época.
Después de que todos los hijos se han ido del hogar, la abuela vive durante cierto tiempo sola, en algún momento vive con ella la familia Kranz. Pero en 1906 o 1907 se muda a la casa de su hija Sibilla en Nörvenich. La familia Kentenich no necesita más la casita, por lo tanto en 1910 es rematada.
Los nuevos dueños, la familia Ansey, poco tiempo después de la compra, hacen las primeras remodelaciones. En 1949 se realizan otras importantes reformas y, finalmente, en 1966 se colocan las claraboyas. Entretanto la casa tiene una escalera interior; originariamente sólo había escaleras plegadizas de acceso al sótano y al desván. En la actualidad el desván está totalmente construido, se convirtió en un pequeño departamento y tiene un cuarto aledaño destinado a lugar conmemorativo. En la planta baja, al lado de la cocina, se encuentra una habitación más amplia, resultado de la demolición de una pared. Es utilizada para reuniones con pequeños grupos. De la construcción original todavía se conservan trozos de pared y parte de las vigas del techo. Parece que una parte del sótano la parte abovedada tiene una antigüedad de 500 años. En la otra parte se colocó el equipo de calefacción. Hoy en día ya no se llega al sótano por una escalera plegadiza sino por una escalera ubicada fuera de la casa.
La maqueta de la casa que está en exposición nos muestra su estado alrededor de 1885, es decir, el estado en que se encontraba antes de venderla. Fue hecha de acuerdo a las descripciones dadas por personas que frecuentaban esta casa y que aún recordaban cómo era. De acuerdo a esas descripciones se pudo detallar el mobiliario interior. Todo fue reconstruido en esta maqueta, incluso la estufa.
La casa regresó a manos de la familia Kentenich, puede decirse que por herencia. Su última dueña, la señora Nussbaum, descendía de una línea lateral de la familia Kentenich.